Decálogo para un verano saludable
DECÁLOGO PARA DISFRUTAR UN VERANO SALUDABLE.
Durante el verano los niños pueden sufrir quemaduras en la piel por el sol, deshidratación… Las quemaduras solares repetidas, tan frecuentes en la infancia pueden producir un cáncer de piel cuando sea mayor. Os presentamos un decálogo para disfrutar de un verano más seguro y saludable.
- Evitar estar al sol en las horas centrales del día que son entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde. Entonces el sol es más fuerte y quema más.
- Buscar sombras de árboles y llevar siempre sombrilla. Cuando se permanezca en áreas soleadas utilizar ropas que cubran buena parte del cuerpo: manga larga, pantalones… Llevar gorros o sombreros.
- Usar cremas con filtro solar que sean resistentes al agua y con un factor de protección superior a 30. Se deben aplicar 30 minutos antes de que nos vaya a dar el sol y se deben repetir frecuentemente.
- Llevar gafas de sol oscuras con filtros para rayos UV.
- Los niños de menos de 6 meses no deben ser expuestos al sol.
- Los niños rubios, con piel clara y de ojos azules son los que precisan una fotoprotección más alta.
- Los ahogamientos son frecuentes en los niños menores de 5 años y varones adolescentes. Es bueno que los niños aprendan a nadar en torno a los 4 años. Aunque un niño sepa nadar debemos seguir vigilándole cuando esté en el agua porque pueden surgir problemas imprevistos.
- Para evitar el golpe de calor y las posibles deshidrataciones es aconsejable aumentar el consumo de agua. Lo ideal es beber agua con frecuencia antes de tener sed. Nunca se deben dejar solos a los niños en los coches porque es una causa importante de muerte por golpe de calor.
- Para evitar las intoxicaciones intestinales por comida en mal estado es aconsejable tomar productos recién preparados, refrigerar las comidas, evitar comidas con huevos y beber agua embotellada. El lavado frecuente de manos y de frutas y verduras es la medida más eficaz para evitar infecciones.
- El corte de digestión es frecuente que ocurra tras realizar comidas muy copiosas. Es raro que un niño haga comidas copiosas en verano. Por tanto la prohibición del baño en las 2 ó 3 horas después de comer no tiene sentido. Antes de entrar en el agua hay que refrescar la piel caliente, entrar despacio y salir inmediatamente si se siente mal.
El verano es un tiempo de ocio y diversión pero no debemos olvidar la protección de los más pequeños. Feliz verano!!!
Elena Fernández Segura. Pediatra colaboradora del Centro Mi Matrona